sábado, 30 de abril de 2011

El último día de abril...

... y casi se queda el mes sin hacer honor al refranero.
La falta de agua estos meses a adelantado el espigado de los campos. Si nos viene mayo con agua, será bienvenido para el campo y el futuro granero.
Pero eso del agua no desanima al naturalista. Un buen paraguas y buenas botas dejan disfrutar del campo en estos días cargados de luces y sombras por las nubes, de olores a tierra y flora mojada, y de trinos de pájaros en plena fiebre de celo primaveral.
Como la cámara no me llega para aves, se lo dejo para otros aficionados. Yo me centro en lo pequeño, plantas e insectos.
Lo primero una panorámica del Valle del Arrollo Madero de Cevico Navero, Palencia.
 Una flor que siempre me ha llamado la atención, desde chiguito, es la amapola morada, que pocas quedan y si que en las cunetas de la carretera de Hornillos de Cerrato a Baltanas puede tener algo más de presencia, pero nunca inunda los cereales como su prima la amapola común. Yo si fuera Manolo Escobar, elijo esta.
 De la familia de las patatas, tomates y estramonio, os presento al Beleño negro. De el se extrae una sustancia de acciones y efectos como la que posee la solanacea (misma familia) Belladona. Nunca usar en plan casero. Por suerte no estamos en la época de quemar "brujas", pero esas mujeres conocedoras de la farmacopea natural usaban esta planta. "Nada es veneno, todo es veneno" Hepicuro. Todo depende de la dosis.
 Y en la parte de insectos, las mariposas, que con un poco de sol que las caliente vuelan frenéticamente de flor en flor, tanto para libar como para la puesta de la siguiente generación. Esta exclusiva entomológica es una Puntaanaranjada amarilla o marroquí, el nombre de las guía, pero los lugareños seguro que tienen otro nombre mejor. Quedan pocas y los herbicidas eliminan su planta nutricia de fase larvaria, la planta que comen las orugas, que es Biscutella laevigata, Hierba de los anteojos o Anteojos de Santalucia. No la identifico todavía, se queda como tarea pendiente.
 El siguiente es una Cápsida, un escarabajo que en larva y adulto devora los cardos. Es un tanque de defensa, más que de asalto. Cuando se ve acosado, esconde sus patas debajo de su caparazón y no hay ranura para que el acosador pueda hacer palanca.
 Y por último, la Carraleja o Aceitera de puntos rojos. Esta es una hembra, más grande que el macho. Cuando se siente acosada, se enrosca lo que puede y de sus articulaciones de patas y abdomen sueltan una sustancia similar al aceite pero de olor y sabor desagradable. Para que intentas comerme, te estoy avisando con mis colores llamativos. Por suerte los animales no tropiezan dos veces...
Y la mañana dio para más observaciones, la mitad bajo el paraguas, pero estuvo bien.

domingo, 10 de abril de 2011

Amor salvaje de primavera

Esta escena es protagonizada por el escarabajo tigre de los caminos o cicindela (Cicindela campestris). Armados ambos amantes con poderosas mandíbulas, el macho se acercará con cautela a la hembra, la tentará y tanteará para ver si está dispuesta para continuar con el ciclo de la vida. Si la hembra acepta, el macho la tomará cerrando sus mandíbulas con la fuerza suficiente para que la hembra no se escape pero que no la cercene la cabeza del tórax.
Como una imagen vale más que palabra, para resumir el acto de cópula, yo pondré dos tomas, no juzguen con criterios de humanidad, sino con criterios de que la vida a de seguir adelante si eres una cicindela, un pulpo, un escorpión, un erizo...

Autillos en el Salón

Ya son varios años en los que el Autillo (Otus scops) se ha decidido instalar en las ciudades.
Parques y jardines, con arbolado denso y sobre todo "viejo", son ideales para esta pequeña rapaz nocturna. Los huecos de estos árboles que están con alguna rama en fase de podredumbre, son ideales para que el Autillo críe.
Los ayuntamientos deberían respetar estos árboles, vigilando que no haya peligro de que se rompan ramas o caiga el árbol.
La falta de arbolado con oquedades se puede solventar con la colocación de cajas nido.
Dejo este vídeo donde se escucha la sinfonía de un Autillo en el Parque de Isabel II, El Salón, de Palencia.